jueves, 9 de febrero de 2012

El viaje de Batinel

La señorita Batinel había acabado los exámenes y decidió que se merecía un premio. Y qué mejor forma que un viajecillo ahora que tenía tiempo. Para ella, hacer un viaje es una complicación en sí misma. Hay muchas decisiones que tomar y mucho que disponer acertadamente.

Lo primero que tenía que decidir era el quién. ¿A quién elegiría de acompañante? Era evidente que a Celina, claro. Esta vez, por ser un regalo para sí misma, no le apetecía hacer un viaje en grupo. Además, si iba con su mejor amiga.., bueno, Celina tiene los mismos posibles, así que no tendrían que privarse de ningún lujo. En cambio, en grupo, ya sería otro cantar.

Se iban las dos... ¿a dónde? Hacía poco había pasado una temporada en Europa, con sus padres. Luego no podían repetir lugar. En la Península: a ninguna parte, puesto que carece de glamour. En África hay conflictos, Asía quizá demasiado lejos..., América. Sería America. Pero la del norte, por supuesto. Y, de entre todos los lugares que podían visitar era obvio que la mejor opción, sin duda, era NYC.

Llama a Celina y se lo propone, que responde encantada ante el honor de haber sido elegida. Para evitar que Batinel cambie de opinión lo deja todo en manos de ella, que sólo llama para explicar los detalles de la comitiva.

Avión: primera clase. Hotel: 5 estrellas. Presupuesto: Ilimitado. No se puede ser una "It girl" si no utiliza sus ventajas. Batinel, que no ha nacido pobre tampoco quiere actuar como si lo fuera. Como decía la canción, antes muerta que sencilla, por el amor de Dios.

Después de dicho viaje, ambas me contaron sus experiencias. Se lo pasaron muy bien, fueron a fiestas fantásticas y conocieron a gente super famosa. También se hicieron muchísimas fotos. Todos los looks tenían que quedar registrados. Y todos sus amigos debían verlos. Pero ninguna de ambas había aprendido que no es tanto lo que una hace como lo que una dice. Y desde luego, hablar de dinero, por poco o mucho que se tenga, es muy poco "in".