Tengo veinticuatro años, hice el bachiller bio-sanitario y
estudié humanidades. Tanto en el colegio como en la universidad fui una
estudiante de notables y a día de hoy estudio derecho.
Desde el punto de
vista laboral tengo una vida
exitosa. Desde los dieciocho años he complementado mis estudios con empleos
de diversa índole: he trabajado para una ONG o como trabajadora social en
Estados Unidos. En la actualidad sumo tres años en un despacho jurídico.
Desde el punto de
vista social, sin embargo, no tengo éxito. Ni marco tendencia ni tengo una
gran impronta social. No soy habitual de las redes sociales ni vivo dentro del
marco de la moda. Tengo pocos amigos y valoro el tiempo que tengo y lo reparto,
siempre que puedo, con atención y calidad.
A tenor de admitir que mi lugar de residencia no es otro que
Tarragona, debo añadir que de Aura extraje varias lecciones: a evitar la
mediocridad, a avivar el espíritu crítico y a vivir con humanidad. De la
universidad, como estudiante de humanidades, aprendí a apreciar la riqueza del
aprendizaje y a utilizar las palabras con precisión. Y mi familia me inculcó la preciada lección
de aprender de todas las decisiones que tomo, en especial de las
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De ahí que desde el punto
de vista personal mi vida, toda ella, no sea sólo un éxito sino también un
triunfo.
El Colegio Aura propone una formación integral y se precia
por atender todas las esferas de la persona y de la personalidad. De ahí que
nos enseñe a distinguir, también, que tener una vida normal no es sinónimo de
tener una vida mediocre. De hecho, a día de hoy, es todo un logro ser normal:
lúcido, consciente, sensato, juicioso, cabal; Y siendo tan excepcional ser
normal hoy en día, es un triunfo a tener en cuenta.