lunes, 16 de enero de 2012

Conexiones

El acto de contar es esencialmente humano y, sin embargo, siempre he comprendido a las personas introvertidas. Antes solía ser así, introvertida. Algunos incluso creían que era una especie de misterio. Y siempre pensaba, para mis adentros, claro está, que quién no lo es. Qué no lo es. Una de mis cosas preferidas del arte, que no es uno de mis pasatiempos preferidos, es esa suerte de incomprensión. Un vínculo dentro de una red de millones de referencias que quedan fuera de nuestro alcance, como las personas. Esto me recuerda a un concepto Kantiano que ayer recuperé de esas cajitas que conforman nuestra memoria. Y pienso que uno es más inteligente cuando tiene acceso pronto o inmediato a toda la información que está perdida y escondida en ese recóndito universo que es nuestro cerebro. O sea, cuanto más rápido haga las interconexiones, pues eso… mejor.

Cuando te conocí yo creo que mi cerebro recordó millones de componentes que estaban guardados en mi caja de los tesoros. Los extrajo y me obligó a enamorarme. Como cuando me enamoro de una pintura o un libro. Cada vez me pasa más a menudo. Yo creo que desde que aprendí tu tacto y el sabor de tu piel mi cerebro registró detalles insignificantes que me permitieron deslumbrarme con la vida. Qué raro es, ¿verdad?, el cómo funciona nuestra cabeza, quiero decir. No sé. Cada vez hay más cosas en mi alijo personal, y ya no sé si es que prima la cantidad sobre la calidad… aunque creo que no. Porque lo que en realidad sucede es que yo no puedo catalogarlas todas. Son las especiales las que tengo presentes. O las especialmente dolorosas. Las demás vivencias están por algún lado que no soy capaz de recordar. No sé, tampoco me gustaría, creo. Pero bueno, es algo que nunca podré saber, porque bueno, si no ha sucedido no creo que suceda.

Aunque quién sabe, si memorizo los suficientes tactos y sabores, todos los sonidos y olores…, no sé.  Quizás sea esa la manera. Si por haberte conocido me enamoré de la vida, quizá, quizá sí. Puede que funcione. Ya te contaré.

3 comentarios:

  1. Hahaha Sr-a anonimo, gracias por comentar. Siempre es un placer que pases por mi rincon de privacidad público.

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  2. Y un día suena una canción... o pasas por una barrio que huele a... y vuelve. Todo vuelve. Y re-conocer creo que nos hace más sabios. Un beso, Katt

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