sábado, 29 de agosto de 2009

Existo porque pienso y pienso por qué existo

Baudelaire decía que hay que ser sublime sin interrupción y yo de verdad que lo intento. Pero es que… no siempre es fácil. Sencillo es, por ejemplo, estar casi siempre monísima, pero ahí se acaba porque incluso, a veces, una no tiene remedio y no puede estar divina.

Me he dado cuenta tras este verano –y, en general, tras este último año- que más bien todo es una complicación. Y por eso he llegado a la conclusión de que el ser humano necesitar reciclarse. Un ejemplo claro lo tenemos en los días de Noche Vieja y Año Nuevo: todo el mundo hace un listado de “buenos” propósitos. Así que el mío lo escribo a finales de agosto y no constan en él empresas –aparentemente inalcanzables- como las de dejar de fumar o hacer más deporte. En el mío sólo hay una palabra escrita en mayúsculas: ORDEN.

Ayer discutía con una amiga al comentarle que me había propuesto escribir cada día. Ella, muy airada, me contestó que uno no vive si se obliga a hacer las cosas. Sin embargo, para mí no es ninguna obligación, es más un tema de exigencia. Si puedo hacerlo, por qué no intentarlo. Es más, ¿y si me siento obligada, por qué no hacerlo igual? La vida está llena de obligaciones. Puedes tener dieciocho años y negarte a ver esa realidad o tenerlos y saberlo de antemano.

La cuestión es incluso más simple. Nadie puede decirme que no vivo. Lo que no quiero es simplemente existir. Si mi idea de la vida es exprimirme a mí misma, pues allá voy. Nadie debe decirme que marcarme metas es algo que me arrastra inexorablemente hacia la muerte. Hacia allí vamos todos. Lo que yo deseo es llegar a ella sabiendo que hice algo por mí. Existo porque pienso y no pienso porque existo.

2 comentarios:

  1. Muy requetebien, Rumbo fijo, estoy en la línea de que exigirse a uno mismo, o fijarse metas, no vegetar y estar a lo que venga, es importante. Lo del final no sé si un filósofo te lo corregiría, como yo no lo soy pues nada ;-)

    Eso sí, lo de ser sublime sin interrupción yo creo que no hace falta. Con intentar hacer las cosas bien o pasablemente vamos que chutamos, creo yo. Pero sublime me parece demasiado, claro que era francés el tipo y un tanto pelma ;-)

    Besicos guapa. Y lo del orden ya me gustaría a mí, voy a intentar seguir tu ejemplo ;-)

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  2. Existimos y una de las cosas que hacemos siempre es pensar. Nuestra mente nunca está en blanco. Buen juego de palabras, Carmina. Pienso: ¿por qué existo? ¿para qué existo? Tal vez Descartes se sentiría molesto. Pero, a la inversa, la frase es mucho más productiva. La cuestión radica en la respuesta. Es el punto de partida.

    Suerte en tu nueva andadura... Las velas abiertas, como el que quiere abrazar y extiende sus brazos... Que la brisa de Dios te acompañe...

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