miércoles, 4 de mayo de 2011

Espejo

Hoy te he mirado a los ojos. Y allí donde pueden hablar de amor y de las delicias de sus frutos, no he visto nada. Quizás sean espejo de Eros, a veces, pero sólo me he visto a mí. .

El tiempo de paz ha sucumbido a antiguos rencores. Ha engullido palabras, frases y oraciones. Se ha llevado el viento toda retórica que pretendimos dejar en papel.  Y ahora me asfixian silencios que coleccioné cuando todavía eran algo.

No fue buena idea mirar el reloj. Como el giro de las manecillas pasa nuestra vida, el tiempo se extingue. Y, como siempre, el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. Ahora, sólo soy una escritora que no escribe. Apenas lectora.

Los libros huelen a olvido, ebrios de muerte. La muerte suena a fin y sin embargo sabe a vida. También son vida los libros. Y encerrados en una espiral de locura sólo hacemos que existir.

Si supiéramos la manipulación a la que estamos sometidos no podríamos soportarlo. Si fuera él, espejo, el dueño de mis ojos no podría verme en ellos. Pero, ¿acaso no ha sido así?

Hoy te he mirado a los ojos y no me he visto en ellos.

3 comentarios:

  1. Hace tiempo que no me pasaba por aquí, sobre todo por culpa de las obligaciones diarias. Pero gracias a este texto he perfilado un soneto que estaba ya hecho y no me gustaban ciertos detalles. Muchas gracias.

    Un Saludo.

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  2. Quizá hay demasiado vaho... Eso pasa. Suele marcharse cuando abres la puerta o la ventana. Y entonces miras y el espejo te devuelve la mirada.

    Un ceso y hasta pronto, Carmina

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