viernes, 11 de septiembre de 2009

De uniones

El problema de la aldea es que sólo somos un centenar. Es complicado encontrar el amor. Pero es curioso, a nadie le importa el carácter endogámico de nuestras uniones. E incluso, la mayoría de aldeanos sienten cierta aversión por los visitantes. Así que se casan entre ellos.

El rito lo preside el druida. Es una de mis funciones favoritas. A veces me pregunto si es lo que me llevó a desearlo con más fuerza. Lo de ser sacerdote, digo.

La manera es la siguiente: cuando la mujer llega a edad casadera hay que asignarle a un hombre. Éste no puede pertenecer a la misma familia, sino surgen problemas en el desarrollo del feto. Con lo cual, el Sabio busca a la persona adecuada. Éste, además, tiene que ser homólogo a ella así que se deben cubrir una serie de características. Por ejemplo: si ella es morena y menuda, él debe ser moreno y menudo. No suele ser difícil ya que todos nos parecemos un poco.


Antes de comenzar el rito se hace una fiesta. Ésta tiene un carácter determinante porque muestra cómo repercutirá en la aldea el matrimonio. No sólo tiene que ser solemne, también debe ser desopilante. Si sólo unos pocos se divierten, no habrá unión. Tiene que haber risas, muchas risas. El druida, para tal ocasión, se come el fulcro de la Silene. Su tallo produce somnolencia. Si al terminar la fiesta no se ha dormido, ya es buena señal.

El último requisito para que se efetúe el casamiento es el cántico. La pareja se sitúa en el centro de la aldea. Los demás se van a sus casas. Una vez todo ha quedado en silencio y únicamente se oye el murmullo del bosque, los dos comienzan a hablar. Al principio sólo es un breve sonido. Luego sus voces deben convertirse en una amalgama definida y nítida. Se cuentan el sentido de su unión. La razón, la finalidad de todo ello. Los que están en sus casas escuchan. Si les gusta lo que oyen, si las voces les resultan eufónicas, saldrán de sus casas y se reunirán en el centro del pueblo. Si no es así, no aparecerán.

Pocas veces no ha sucedido. La unión, quiero decir. Cuando el pueblo ha decidido, el canto no cesa. Continúa el druida con él. Comienza la celebración y, ésa noche, nadie duerme.

8 comentarios:

  1. PLAS, PLAS, PLAS. Qué bueno... Menuda aldea. Por favor, cuando se dé un acotencimiento como éste, avísame... que voy para allá.

    Un beso.

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  2. jajajaja Sunsi: ESTOY CREANDO UNA CULTURA. Es increíble. Un besito

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  3. Rumbo fijo, sigue así, escribes fenomenal... y también sigue con esta serie, me está enganchando muchísimo...

    Saludos.

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  4. Gracias Antonio. Pienso lo mismo de tu manera de escribir. Respecto a la serie, veré lo que puedo hacer ya que la historía la dictan las tres palabras.

    Un beso (que aquí todos besamos, exceto Sarracena infiel o Mamarrrrg)

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  5. Como sigas así vas a malacostumbrar a la gente ;-)

    Un beso!

    Curro

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  6. Me ha encantado, yo querría una boda así (aunque no sea la mía, como invitada digo)

    Un abrazo, guapa guapa guapa, me encanta la serie esta,

    Aurora

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  7. Venga, ponte las pilas ... te dejo otras tres:

    CONSPICUO, ABTRUSO, PROTEICO

    Se buena, por favor.

    Mamarrrggg

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  8. mamarrrrrrrg, abtruso no existe. Lo pongo en google y me sale: Añada una palabra. ¿Te referías a abstruso?

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